Historia

En 1546 don Pedro de Valdivia dio la “Encomienda APALTAS” -temblor en mapuche- al Alcalde de Santiago, don Diego García de Cáceres, teniendo por límites al norte el río Cachapoal y al sur el río Claro.
Años después esta encomienda se desmembró, siendo una de sus partes la Estancia Mendoza de 12.000 cuadras. Su propietario, don Gaspar de Ahumada y Mendoza, construyó sus casas patronales y capilla en lo que hoy día es el Monasterio de las monjas Benedictinas de Rengo. Sus potreros eran: El Retiro, Camarico, Rosario, Apaltas, Delirio,Esmeralda, Santa Isabel y Naicura.
Don Manuel Covarrubias Ortúzar y su esposa Doña Dolores Valdés Bascuñán, compraron parcialmente -a partir del año 1852- los potreros Apalta y Delirio. Y fue su hijo Eduardo Covarrubias Valdés junto a su señora Berta Sánchez Santa María, quienes a comienzos del siglo XX explotaron intensivamente sus tierras.
Así comenzaba una tradición familiar, que más tarde se convertiría en una de las mayores empresas productoras y exportadoras de fruta de nuestro país, llegando a los mercados internacionales más importantes debido a la tecnología implementada, la dedicación y cuidado en cada uno de sus productos, y al estar constantemente a la vanguardia.
Berta Covarrubias Sánchez, hija del matrimonio anterior, se casó con Arturo Domínguez Barros, quienes desde 1943 junto a sus 12 hijos hicieron de esas tierras un lugar de acogida y trabajo que comparten actualmente sus más de 300 descendientes. Esa es Nuestra Historia.